martes, 26 de julio de 2016

¿Será la yuca más famosa de Cuba?

Por Elena Milián Salaberri
Ahí, justo en el kilómetro 171 de la carretera central, muy cerca de
la bodega El Cañón, en Chirigota, una yuca ganó notoriedad; la
retrataron más que a una quinceañera, pues hasta Juan Cabrera Blanco,
un hombre de toda la vida en pacto con las tierras, perdió el sosiego
ante tal gigantería.
Llamó a la redacción del periódico, no permitió la cocción del
tubérculo y hasta la guardó con celo, como quien atesora un premio de
la naturaleza: ¡mide un metro y diez centímetros, pesa 92 libras y el
diámetro en su parte más ancha ronda los 80 centímetros!
Desde el sábado nueve de julio, la casa de este sancristobalense ha
sido más visitada que nunca antes. Ese día, a petición de la madre de
su esposa Alicia, salió al patio de quizás una besana, a sacar el
cangre después de cuatro de sembrado y, para su sorpresa, el tubérculo
resultó tan exagerado que "la suegra no pudo degustarlo", dice en
broma.
"Sembré seis o siete cangres de esa variante de la llamada angolana,
prácticamente por diversión, ya que soy oriundo de las lomas y un buen
serrano no renuncia a labrar la tierra, tampoco a sus recuerdos como
aquel de la yuca que pesó 26 libras en la finca de mi padre".
Juan cultiva limón, plátano, mango, melocotón, aguacate,
naranjas-dulces y agrias-, plantas ornamentales, en un verdadero
jardín por donde se pasean las crías, fundamentalmente de guanajos y,
anda por ahí la historia de uno de mucho más de 30 libras, que
sobresalía entre el resto de las aves de corral.
Sin embargo, no por estar acostumbrado a ciertas giganterías en
materia agropecuaria, este hombre rebasó el récord familiar de
sorpresas y, quizás en Cuba tampoco se tenga reporte de algo similar;
otro tanto a favor de los suelos de Chirigota, legendarios por su
fertilidad y por varios mitos capaces de retar al imaginario popular.

¡La escuela vendrá a Edikson!

¡La escuela vendrá a Edikson!
Por Elena Milián Salaberri
Es un verano distinto en el Hospital Comandante Pinares; hay ajetreo
escolar: preparativos para comparar los uniformes… que si el color de
la mochila o quiénes vendrán al inicio del curso escolar, a cuál de
las maestras de prescolar regalarle el privilegio de un niño capaz de
dar lecciones de entereza. Estas y otras interrogantes son comunes en
pasillos y salones.
¡Y es que Edikson comenzará la escuela en septiembre! Sí, es Edikson
González Paneque, ese que de sus cuatro años y siete meses de edad, ha
pasado 860 días en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP)
del centro asistencial sancristobalense, donde ya es legendario por su
gozo de vivir intensamente y feliz, en sus circunstancias.
Por tanto, para Noelia Povea Gómez, jefa del departamento de Trabajo
Social en el centro, no existe tarea de mayor envergadura que
organizar el inicio del curso con la inclusión del niño, aquejado de
osteogénesis imperfecta (huesos de cristal) que, al asociarse a
hipertensión pulmonar, requiere de traqueostomía y ventilación,
razones para su permanencia hospitalizado.
Ella y el personal médico de la UCIP, valoran de positivo el hecho de
contar disímiles escuelas en los alrededores del hospital y hasta
planean traer el día de inicio del período lectivo a niños y personal
docente para encontrarse con Edikson desde su sillón móvil; las
frecuencias de clases aún quedan por oficializarse mediante
precisiones con la Dirección Municipal de Educación.
Insoslayable la pasión de la madre, Yadira Paneque, vigía casi
permanente del pequeño, enamorada hoy del sueño tangible de acicalarlo
para la ocasión, en una muestra más de la lucha por una vida plena
para él, aun cuando la única opción para devolverlo a su hogar con la
ventilación mecánica imprescindible para su supervivencia, sería
disponer de un ventilador mecánico Carina Home, costoso y de difícil
adquisición dado el panorama económico del país.
La osteogénesis imperfecta u osteogenia se reporta en el mundo con
frecuencia de uno en 15 000 nacidos vivos a uno en 20 000, según
páginas digitales especializadas. Padecerla no hace "raro" al pequeño
bahiahondense, más bien lo convierte en símbolo e invita a todos a
replantearnos la existencia con la llamada " buena vibra".
De eso se trata; por tanto Edikson mueve muchos corazones y aglutina
una vez más la capacidad solidaria de los cubanos en pos de la
alegría. Quien lo dude, ¡por favor, visítelo!, de seguro la lección
saldrá del niño, de un futuro alumno que ya tiene muchas cosas por
enseñar a la humanidad.
Se me antojan para él un lápiz musical- porque es bailador desde su
cama-; una libreta de mariposas para que aprendan su vuelo; el Himno
Nacional cantado por el mejor de los coros; el Martí, invisible e
invencible de la mano de los maestros; en fin un desfile de letras con
la palabra AMOR.
Gracias, Edikson.

martes, 12 de julio de 2016

En busca de la memoria…¿perdida?

Por Elena Milián Salaberri
Impedir con el quehacer investigativo la total desaparición de la
memoria arquitectónica sancristobalense, es propósito de la Dirección
Municipal de Cultura en la occidental localidad, donde el evento
bienal Raíces se consolida ya tradición a favor del patrimonio
sociopsicológico, económico y artístico.
Lamentablemente hoy apenas existen en el municipio inmuebles
exponentes de la arquitectura colonial, pues subsiste una en peligro
de derrumbe, ni de la campestre norteamericana, que tuvo marcada
presencia en el otrora central azucarero San Cristóbal, explicó
Margarita Milián, especialista en Investigaciones en la citada
dirección.
Adentrarnos, al menos, en la salvaguarda de la historia y la
iconografía de tales edificaciones, así como crear una base de datos
digitalizada con toda la información de las ediciones de Raíces
realizadas desde 1999, son proyecciones inmediatas de trabajo, apuntó.
"De ese modo el material compilado estará a mano en centros
educacionales e instituciones culturales, a fin de socializar sus
resultados para contribuir a la preservación del patrimonio tangible e
intangible".
En la octava edición de Raíces, acabada de efectuarse, sobresalieron
los trabajos acerca de la historia de la Liga de Béisbol Azucarero, de
las artes plásticas y la literatura locales, en tanto tuvo especial
aceptación el esbozo biográfico de Reynaldo Acosta Medina, insigne
maestro de múltiples generaciones, ya desaparecido físicamente.
El Premio memoria Viva, conferido años atrás por el Centro de
Investigaciones de la Cultura Cubana Juan Marinello, en La Habana, a
la obra Pepe Cáceres, un hombre con la escena en el alma, es quizás el
máximo logro de la cita bienal a favor de la memoria sancristobalense.

Cuba le puso voz al dominó

Po Elena Milián Salaberri
¡Agua!, la voz pone en alerta; no se trata literalmente del líquido
vital para la vida humana, sino del término a cuyo designio las fichas
del dominó se zarandean de lado a lado de la mesa al mando de ocho
manos poseídas por la ciencia de un juego, junto a la pasión del
insaciable sueño de ganar. El verano, un pretexto indiscutible para
sacar las mesas a la calle y re-crear un milenario deporte.
Y es que este juego antiguo no cesa de evolucionar. Hoy dista muncho
de sus orígenes asiáticos, allá por China o la India antes de Cristo;
igual difiere del practicado por los monjes católicos en Italia y
Francia, por el siglo XVII, cuando se hacían acompañar en sus celdas
de retiro por ese entretenimiento, en medio del absoluto silencio que
solamente interrumpía el vencedor para decir: ¡Benedicamus Dómino, o
sea ¡Bendecimos al Señor!
De ahí parece haber surgido su denominación; mas, sin dudas, en esta
Isla nuestra- quizás en el Caribe todo- naufragó su mudez. Que lo
digan quienes sucumben al conjuro de "bota la gorda"-para referirse al
doble nueve-; "Teresita", al hablar del tres; "tuerto", para la
combinación de uno y blanco; "caja de muerto", en referencia al doble
ocho…en medio de una sucesión interminable de vocablos e, incluso,
neologismos como "capicúa".
Pero hay más, al gracejo criollo incorporado a estas ya
imprescindibles fichas de doble valor en su cara, se suma el aporte
del doble nueve y de las 55 fichas, de las cuales en cada mano salen a
ruedo 40, 10 en las manos de cada jugador, en tanto las 15 restantes
esperan el "!agua!" para aventurarse a la disputa: eso también lo
añadió Cuba.
Por tanto, en otras latitudes crece el interés por el llamado dominó
cubano o del doble nueve; aunque en el oriente del país aún goza de
aceptación el más tradicional, o sea hasta el doble seis, con 28
piezas. Vale señalar la existencia de otras modalidades de dominó:
doble 12 (91 fichas), doble 15 (136) y doble 18 (190, típicos
fundamentalmente de los países asiáticos.
De modo que para no pocos estudiosos, los caminos de su creación
conducen a Cuba, si partiéramos de su existencia actual, de su
práctica contemporánea.
Para Marcos Loaces, un sancristobalense apasionado de tal deporte o
entretenimiento, según se convoque, "el doble seis es una ciencia y el
doble nueve es un arte, pues en el dominó tradicional el cálculo y la
precisión son muy importantes, mientras en el otro, el elemento suerte
o azar tiene mayor presencia, por las fichas dormidas, que no sabemos
cuáles son".
De cualquier forma, muy pocos cubanos se han dejado de sentar a la
mesa, convidados por cifras que en el imaginario maravilloso de esta
ínsula, pueden terminar en "!pollona!", con la capacidad de atraer a
un barrio entero y crear parejas, eso sí, sin miedo a la rutina.