martes, 27 de septiembre de 2016

La bandera, cuestión de amor

Propuestas de epígrafe y título:
Epígrafe: 19 de mayo de 1850: ondeó por primera vez nuestra bandera
Título: La bandera: cuestión de amor
Por Elena Milián Salaberri
Cierta vez leí que fue amor a primera vista el de José Martí por el
pabellón patrio; no dudé un minuto del goce estético del entonces
genial niño, transformado luego en el sentido de su vida.
Pero el vínculo mutuo lleva implícita incluso una coincidencia: la
bandera cubana ondeó por vez primera cuando el Apóstol aún no nacía,
el 19 de mayo de 1850 en la ciudad de Cárdenas; ese propio día 45 años
después caería en combate enamorado del ideal de la estrella
solitaria.
Y es que la adhesión al símbolo rebasa la impresión inicial- amén de
las aptitudes individuales-, va más allá y requiere cultivarse para
aprehenderse. Hay que saber los porqué sin descuidar lo onírico capaz
de dar vida a una insignia. Entonces, contemos un poco.
Según diversas investigaciones, la enseña nacional fue oficialmente
concebida en 1849 en Nueva York, durante una reunión con la
presencia, entre otros, del escritor Cirilo Villaverde, el poeta
matancero Miguel Teurbe Tolón y el general venezolano Narciso López.
Su concepción general la aportó López; el boceto original lo realizó
Miguel y, su esposa Emilia Margarita, la confeccionó guiándose por
aquellos trazos, que resumían de modo peculiar la inspiración
internacional de los ideales de libertad, igualdad y fraternidad,
proclamados por la Revolución Francesa.
El 19 de mayo de 1850, una expedición encabezada por el general
Narciso López, la izó en el edificio donde radicaba por entonces la
Casa de Gobierno, mas no fue hasta el 11 de abril de 1869, que la
Asamblea Constituyente de Guáimaro la aceptó como bandera oficial,
entre tres propuestas, incluida la de Bayamo.
De modo que sumarán el jueves próximo, un millón 454 mil 160 horas,
desde aquel estreno en Cárdenas; cabe el recuerdo de cuánta epopeya de
índoles diversos la han hecho flamear, y vuelve a mi mente el Martí
imberbe multiplicado, especialmente, en los niños y jóvenes, con
quienes tenemos compromiso y deuda en tiempos de necesario abrazo con
la historia.
Oportuna la ocasión para preguntarnos el porqué, en no pocas
oportunidades se exhibe la bandera a propósito de una fecha especial y
luego queda expuesta a Sol, agua y sereno hasta que alguien se acuerda
o no de resguardarla; igual la he visto dejarse abatir por la lluvia,
mejor dicho por la indolencia de quienes no acuden a arriarla, por
solo citar algunas contravenciones al artículo 24 del Reglamento de la
Ley de los Símbolos Nacionales.
Recomiendo la relectura del comentario ¿Dónde está mi bandera cubana?
, publicado en este periódico, muy a tono con el tema y con el encargo
de buscarle a la enseña nacional mantenedores jóvenes que vean en la
suya una bandera de sacrificio, pero también de entusiasmo y energía
transformadores con la herencia del bien y de la verdad.

El Quijote de las piedras

El Quijote de las piedras
Por Elena Milián Salaberri
Un día lo llamaron "el loco de las piedras": en su finca El Mameyal,
justo en el corazón de las montañas de Los Tumbos, un paraje por
abrupto legendario en San Cristóbal, hace casi 20 años las rocas
despejaron los trillos y fueron a parar de su mano a las pendientes de
sus campos de café, entre tantos cultivos.
Convertirlas en barreras contra la erosión parecía otra de las
peculiaridades de Chelo, porque su nombre de pila es Moisés Vigoa
Santos, pero él lo usa solo en trámites oficiales y terminó quedando
en el olvido; así que para saber de este "señor guajiro" de 78 años es
mejor no pronunciarlo.
En la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CCS) Frank País, a la
cual pertenece, su apego a las novedades era visto como esa
excentricidad de llamar a los hombres Gran Compay o contestar con un
¡ehhhh..!, pronunciado con una melodía invariable capaz de acariciar
los oídos y seguramente aprendida del trino de las aves, sus únicas
compañeras en aquel monte cerrado; hoy con los beneficios de las
electricidad.
"No sé exactamente los kilómetros de barreras de piedras que coloqué",
asegura mostrando unas manos enormes, curtidas por el olvido del ocio
desde que era un niño e hizo una especie de pacto tácito con la
tierra, interrumpido solamente cuando tras el triunfo de la Revolución
se integró al ejército en aquella epopeya que terminó con las bandas
enemigas en el lomerío.
"Aquí cayó Eduardo Solano, un miembro de las Milicias Nacionales
Revolucionarias; yo mantengo limpio y con flores el lugar que recuerda
su muerte; es un sitio que respeto mucho.
"Cultivo plátano, malanga, tengo frutales y crías de aves y cerdos,
pero el café me apasiona: ahora me afano en el de la variedad llamada
Robusta y voy a demostrar cuán mejores serán los rendimientos, así
como lo hice con las piedras evitando la erosión, pues eso que antes
parecía una locura mía, es hoy un mérito reconocido para esta
cooperativa y remunerado por los expertos".
"Vivo solo: los hijos emprenden sus vuelos, mientras yo me aferro a
este sitio" ¡Y de qué modo se apega Chelo al campo! La casa, más
sencilla no puede ser; la Asociación de Combatientes de la Revolución
Cubana (ACRC) a la cual pertenece, tiene el compromiso de aportarle
algunos materiales para mejorarla, pues los embates de los huracanes
Gustav e Ike hicieron estragos por aquí.
Pero Chelo es un guajiro de estirpe, nada lo seduce más que la tierra,
y las bondades de que hoy disfruta después de la electrificación, no
son capaces de hacerlo renunciar a su colador criollo para hacer el
café, a su fogón de leña, al machete resuelto en la cintura, el
dicharacho ocurrente y a las plantas ornamentales, mezcladas
discretamente con el follaje del entorno, en este nicho donde habita
un hombre, al parecer empeñado en ir de una " locura en otra", como
logran hacer en la vida los realmente cuerdos.

¿amor añejo?

Epígrafe: primero de octubre: Día Internacional del Anciano
Propuesta de título: ¿Amor añejo?
Texto y foto: Elena Milián Salaberri
Uno ama mientras vive, aseguran Mercedes Cardoso y Roberto Pérez, con
las miradas perdidas en el universo de sus ojos, cual si no existiera
nada más fuera de ellos, y con el susto del amor, de un amor anciano
que les llegó cuando ambos tenían ya más de 65 años.
Se conocieron en la Casa de Abuelos de San Cristóbal; entre los 60
acogidos en ese colectivo, ellos sin proponérselo, comenzaron a
buscarse para hablar, sus vidas anteriores ya les pertenecían y, un
buen día, sin previo aviso, él tocó a la puerta de la casa de ella
para declararle sin rodeos sus intenciones.
"Quería y quiero vivir con Mercedes; cada amanecer a su lado me
confirma que somos felices. Ella me puso a prueba, un mes, y logré sus
expectativas: es otra manera de amar, no con la locura de la juventud,
pero hace mucho bien".
Yo me enamoré de su manera de ser, dice ella, "su voz, la firmeza en
su modo de enfrentar la vida…el apoyo de sus hijos, a quienes hoy veo
como aquellos que no pude tener, aunque solo llevemos dos años de
relación".
Roberto y Mercedes no son un caso aislado de amor a edades ya
avanzadas; de acuerdo con estudios de psicología publicados en páginas
digitales especializadas, la vejez no tiene por qué implicar el ocaso
de las expresiones de cariño y sexualidad, sino que puede incluso
convertirse en una etapa de inicio de otra manera de relacionarse, con
mayor sentido de lo que es acompañarse.
Besos, abrazos, caricias se ratifican como parte esencial. Saberse
querido y poder querer al otro es algo mucho más allá de la edad: las
claves están en explorar la sensualidad más calmada y en aceptar, sí,
aceptar las arrugas, el cuerpo que ya no es el mismo, la textura de la
piel, la sordera…aceptar, sin más.
En el caso de Cuba, urge sostener y elevar la primacía de las acciones
para facilitar la calidad de vida de la, para muchos mal llamada
Tercera Edad, pues según pronósticos de expertos del Ministerio de
Salud Pública, para el 2045, gracias al desarrollo de la sociedad y en
particular de la medicina, la esperanza de vida será de 84 años.
Además de la garantía de la seguridad social, es bueno preguntarse:
¿está la familia cubana preparada para brindar el respeto y
comprensión que se merecen aquellos que nos educaron? ¿Estamos
preparados para el cambio de actitudes hacia una sociedad más
permisiva, con nuevos problemas derivados del progresivo crecimiento
de la población anciana?
Las respuestas están en el amor, el que sientan entre ellos y el de
nosotros hacia ellos, todos los días de la vida; en especial el
primero de octubre que, desde 1990, la ONU dedica a los ancianos, en
memoria de Ema Godoy Lobato, la catedrática y escritora mexicana
dedicada a dignificar con su obra a este grupo etario.
Así que como dijera un poeta: "¡Ojo con ellos que andan por ahí, que
amaron, aman; construyeron, edifican; y sobre todo cumplieron. Por eso
cuídelos, si tienes suerte de encontrarlos en tu camino!"
Pie de foto: Una historia de amor por encima del tiempo