martes, 24 de febrero de 2015

Acerca de un profesor

Es martes 24 de febrero: Cuba vibra con el recuerdo de Máximo Gómez, Antonio Maceo y el conspicuo José Martí, "Apóstol", Héroe Nacional,periodista, poeta, hombre de infinitos amores. En 1895,Cuba fue todo para ellos y, un día así como el de hoy, cabalgaron con los próceres de antes y los sueños de los venideros.

Hablar de hombres colosales-humanos al fin con sus contradicciones-, ha ocupado páginas y horas incontables de los cubanos sucesores, mas a veces, un acto sencillo remonta la grandeza del amor patrio.

Un ejemplo: el modo de enseñar geografía de un profesor sancristobalense que, se empina con sus alumnos al lomerío emancipado entonces por los mambises, vinculando el análisis físico de la paisajística local a las remembranzas de la historia, en otro modo de contarla. Vale, y quiero que sepan cuánto hacen los cubanos aún cuesta arriba.


Experiencia in situ para aprender más Geografía

Por Elena Milián Salaberri

Escalar las principales cimas de la Sierra del Rosario, a fin de acercar al estudiantado a los accidentes geográficos en su entorno real, es ya una práctica en el Instituto Preuniversitario José Licourt Domínguez, del municipio de San Cristóbal.

El Licenciado en Geografía y promotor de la iniciativa,  Pedro Antonio Figueroa, anunció para el 30 de julio próximo, el ascenso al Pan de Guajaibón, máxima altura del occidente cubano con 699 metros sobre el nivel del mar, acción organizada como tributo a los mártires patrios en su día.

Al año 1978 se remontan los orígenes de tales expediciones conjuntas, entre profesores y alumnos, de las cuales quedan memorias en placas colocadas en las lomas de El Taburete, La Pimienta, El Rangel, Peña Blanca, La Muralla y El Toro, asegura el también Máster en Ciencias.

" Las marchas son útiles para fotografiar los paisajes, recolectar muestras de rocas y suelos, y tomar notas acerca de fenómenos interesantes, detectados en la observación in situ, lo cual permite actualizar los conocimientos del cambiante entorno natural.

"Otro aporte lo constituye el carácter interdisciplinario, toda vez que se combina el estudio de la geografía con otras aristas del saber, entre ellas la historia, al hacer coincidir los viajes con fechas o acontecimientos significativos para la patria".

Varias generaciones de educandos sancristobalenses agradecen la experiencia, cuya organización recae generalmente en los propios participantes; sin embargo, el mérito pedagógico bien valdría algo de apoyo por parte de organismos e instituciones locales, fundamentalmente en cuanto a transportación hasta la base de las elevaciones.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Un día para recordar


Todo comenzó 28 años atrás: era un 18 de febrero soleado; pero con visos de un invierno fuerte. El suceso más trascendental de mi vida- mi obra de arte-, llegó rápido, fácil, mágico, como después ha transcurrido todo para David, mi hijo, no porque las circunstancias fueran extraordinariamente positivas en su entorno material sino porque él tiene la peculiar característica de impregnar de optimismo cuanto hace y mira.
Tuvo una niñez de escaseces materiales en la Cuba del llamado periodo especial, superado con la ayuda de Dios-sí Dios también forma parte de lo cubano, y con cuotas inconmensurables de esfuerzo y amor por parte de cada individuo.
Nunca lo escuché quejarse de que en las noches le diera un vaso de azúcar con hielo, un manjar que David se inventó para irse a la cama dulce, tan dulce como son sus ojos sin par.
Los años de escuela primaria, de secundaria, el preuniversitario cursado en un instituto vocacional, junto a cientos de muchachos talentosos, el Servicio Militar de un año en la Unidad conocida por "Vaca Muerta"; luego la Universidad de Ciencias Informáticas, sitio del cual salió titulado de ingeniero y con su gran amor, la Mayte.
Para entonces hacía rato que ya la gente del pueblo no me llamaba por mi nombre, muchos ni siquiera sabían que soy periodista; sin embargo, me decían: " mamá de David, mamá de Davis", cuando querían saludarme.
Tras Mayte, se fue a vivir a Ciego de Ávila, una provincia del centro de la Isla, a unas 8 horas de viaje desde nuestro municipio de San Cristóbal en el occidente cubano. Más tarde, junto a ella y su familia, vino a vivir a La Habana, y en cada centro de trabajo dejó un halo de responsabilidad que sorprende a sus excolegas del colegio, para quienes era imposible tanta madurez después de tantas picardías en la época de estudiante.
Como muchos humanos, de Cuba y el resto del mundo, lo llamó la migración, un fenómeno inherente al hombre que para los hijos de esta tierra insular ha adquirido disímiles lecturas.
Atrás quedaron Mayte y un hermoso niño, fruto de ese amor casi de leyenda. Hernán David, más simpático que su papá, y la perspectiva de unirse enrumba los propósitos de mi hijo, que un día como hoy anduviera y anda- porque los lleva en el alma- rodeado de amigos festejando la vida.
Hoy es nuestro primer 18 de febrero separados; nada de traumas ni dramas: Cuba siempre ha sido tierra de tránsito, como isla que es, y el mundo se hizo para andarlo, como decía mi bisabuela para evadir la nostalgia de su España dejada.
De hecho, hoy al mirarme al espejo creí ver a aquella jovencita que, minutos antes de salir para el salón de partos, observé reflejada; pero no, el tiempo ha pasado y solo permanece el honor que siento cuando todavía me llaman en el pueblo " mamá de David".


  

martes, 10 de febrero de 2015

Algo para preservar

Quince días con la pierna izquierda enyesada. La inflamación de los ligamentos de la rodilla, más que un contratiempo- que lo fue-, me devolvió el concepto de la fuerza del amor entre los cubanos.
Aparecieron muletas, propuestas para revisarme con distintos especialistas, el probado apoyo familiar, la ayuda de desconocidos a desplazarme siempre que lo necesité y la visita reiterada de los colegas del periódico donde trabajo.
Nada de aislamiento ni soledad.
Y es que, siendo una Isla, Cuba, se crece en el amor, se hace continente en la compañía, en la palabra oportuna y desinteresada.
Se trata de un cariño vecinal y más allá, casi inefable que, incluso, pudiera molestar a quienes no tienen los genes salidos de una tierra donde Colón fue recibido por los aborígenes con sonrisas.
Esa raza nativa, talada barbaramente del ADN de los cubanos, algo dejó en el aire para enraizarse en las almas de los habitantes de la ínsula, famosa por el único exceso bueno: el de amor; algo para preservar en tiempos de transformaciones necesarias, que hacen mirar con devoción el legado espiritual hallado por los europeos en 1492.
Si bien, para muchos los valores- éticos, sentimentales...- han mermado a escala social, creo que estamos a tiempo de volvernos y aferrar fuerte la herencia centenaria del alma cubana, singular y titánica.