jueves, 16 de octubre de 2014

Una cubana bajo la piel del mito: Carmen Montejo


 Una cubana bajo la piel del mito: Carmen Montejo

Por Elena Milián Salaberri   

En México la prensa especializada citó su deceso entre las memorables pérdidas del mundo del espectáculo durante el año 2013 en ese país, donde residió desde 1942 la actriz Carmen Montejo, cubana de nacimiento y alma, con más de 70 películas y unas 30 novelas a su haber, sin contar obras de teatro y programas radiales.

María Teresa Sánchez era su verdadero nombre. Nació el 26 de mayo de 1925 en la zona de Chirigota, municipio de San Cristóbal, y su notable belleza le ganó el apelativo de "Muñeca Sánchez"; para los más allegados fue simplemente " ñeca".

Casi adolescente incursionó en el grupo de teatro local La Tertulia, así como en espacios de la antigua radio local, hasta que la familia se traslada a la Capital, cuyos teatros y medios culturales acogieron a la joven que, tras iniciar estudios de arte dramático en la Universidad de la Habana, pidió un día a su madre mudarse a México, en pos del sueño de otros muchos artistas cubanos que allí hicieron carrera.

Atrás quedaban otros miembros de la familia y amigos como los hermanos Caridad y Pablo Cáceres ( Pepe), Premio Nacional Comunidad 2007, conferido por el Centro de Investigaciones de la Cultura Juan Marinello. Pepe es hoy el albacea de una impresionante iconografía junto al epistolario de esa diva y, ¿ por qué no? , el cubano más aferrado a la defensa de su memoria.

El anhelo de la joven sancristobalense se realizó: la radionovela El diario de Susana Galván le abrió las puertas y debutó en el cine en 1943; dos años después obtuvo una beca para continuar su formación en el famoso Actor's Studio, de Nueva York, donde el amestro Elia Kazán le enseñó el método de Stanislavski.

De regreso a la nación azteca, crecieron las ofertas y no se hicieron esperar los premios. Trabajó con algunos de los más connotados directores de la "Época de Oro" del cine mexicano, junto a actores como Pedro Armendáriz, Arturo de Córdova, Jorge Negrete, Pedro infante, Libertad Lamarque e Ignacio López Tarso. Protagonizó, entre otros  clásicos, La sospechosa, En la palma de tu mano, El vampiro y Nosotros los pobres.

Carmen Montejo fue acreedora de disímiles reconocimientos dentro y fuera de México; quizás uno de los más valiosos lo constituye el Medallón de Bronce, otorgado en 1968, en Perú, a la Mejor Actriz de América.

Tanta fama no impidió que Cuba fuera una constante en la correspondencia sostenida con los hermanos Cáceres y en su mente. Da fe de ello el hecho de que en los años 50 vino a parir a su única hija a su tierra natal.

Luego regresó a México. En 1975 y estuvo nuevamente en esta nación caribeña en una gira teatral. Transcurridos 28 año, a fines de agosto de 2003, vuelve, actuó en La Habana, con Ignacio López Tarso, y recorrió su San Cristóbal natal. Se encontró con su amigo Pepe- para él declamó espectacularmente Los zapaticos de rosa-, y estuvo en la vieja casona familiar, donde hoy residen descendientes del dentista Braulio Sánchez. El inmueble, con elementos de arquitectura predominantemente colonial se encuentra en un lamentable estado constructivo.

Amiga personal de Alicia Alonso- patrocinadora de su viaje último a Cuba-, Carmen Montejo reveló que las iniciales de su nombre artístico honran a Cuba y a México, sus dos patrias.

La actriz falleció en la capital del vecino país, el 25 de febrero de 2013, dejando tras de sí  una carrera sólida y la iniciativa de haber creado el "endorrealismo", corriente que propone la formación integral del artista tanto en los ámbitos profesional como personal, pues "el ejemplo social del actor trasciende los escenarios", opinaba la Montejo.

Asediada siempre por la prensa, a la pregunta "¿ A pesar de haber estado tanto tiempo fuera sigue sintiéndose cubana?", ella respondió: "¿ Por qué me lo pregunta? Si soy cubana, ¿ cómo podría sentirme otra cosa?"     

 

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