jueves, 6 de noviembre de 2014

Jueves por martes

Fallé la sección del martes anterior. De visita en La Habana: mi nieto y un curso de educación postgraduada me llevaron a su latitud. Siempre la capital convida, sol espléndico, aires invernales ligeros y como el aliento de una Cuba amorosa y sencilla que muchos no conocen.
El país ha sido en su esencia lacerado en la imagen. Los enemigos han paseado del silencio a la ofensa y los amigos, se han perrdido muchas veces en las loas.
Lo cierto es que, entre unas y toras actitudes, se ama y se construye. La gente protagoniza y confía.
La risa, esa semilla de nuestra idiosincracia, fue la enseñanza más plena que hallé, mientras pensaba en llegar a casa y emprender un día de trabajo, debiéndoles a mis amigos estas palabras cubanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Su opinión cuenta...