miércoles, 11 de noviembre de 2015

Jonathan o la visión tenaz de una vida

Por Elena Milián Salaberri…

Es Jonathan un niño popular; pero no uno de tantos. A fuerza de amor y tenacidad se ganó la posición centro de la familia, del barrio, así como de gran parte de su natal San Cristóbal, con solo cinco años.

"Ya sabe las tablas de multiplicar del dos a la del seis", dice orgullosa su abuela Verónica, y no se trata de la entrañable pasión filial; ahí en su casa cercana a la circunvalación, desafía a quienes le tienden la trampa del sorteo de números y siempre llega al resultado correcto, dicho con una voz de ébano,  limpia, digna de ese sonero audible en los cantos que se inventa, dedicados a su mamá, Yeneidy.

La tarde del sábado vive una fiesta: no recesa, involucra todos en el aprendizaje de las figuras geométricas hechas en madera, cuyo contorno dibuja con los labios, mientras le corrige la dicción al abuelo Santiago o busca un pretexto para salir a acariciar las plantas.

En sus labios los Versos Sencillos  brotan con la misma naturalidad con la cual caracteriza a su autor, haciendo gala de un léxico heredado de las voces de Verónica y Yeneidy.

Jonathan Javiqué Macazaga comenzó el prescolar; su curso es diferente. Estudia en la Escuela Provincial Especial José Martí, de Pinar del Río, adonde cada domingo en la tarde lo conduce un ómnibus y le acompaña una guía del centro.

De acuerdo con su maestra, María de Jesús Ávila, en apenas dos meses el niño ha progresado en la adaptación al nuevo medio, en tanto recibe la medicación prescrita por los especialistas, se prepara en la introducción al sistema de lectura y escritura braille, y avanza en los ejercicios de orientación, rastreo y lateralidad.

Se trata de un niño, cuyo nacimiento fruto de un parto demorado, le provocó el desprendimiento total de la retina, y que demandó, además, en sus primeros años de vida de múltiples intervenciones quirúrgicas por hidrocefalia.

Especialistas de los hospitales Ramón Pando Ferrer y Juan Manuel Márquez, así como pediatras del Comandante Pinares, lo siguen sistemáticamente, mientras él junto a su familia, disfrutan el privilegio de vencer en la vida.

 

   

 

 

 

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